![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2mWjwRfzr1o2udbdW8eo2QpjrbgQI-foXQTym0UAHo79H-5Pq-0ZMMP0PWDgATOCNQb_jJ0sibTS3fvbyqZKizBtS1QkBeTMcya-MJkVwKwHxWPBaQZU2O1K2o5IO66uGoRb5P8lwaZs/s320/tibu.png)
RODRIGO BEDOYA
El cine y los animales marinos pueden ser una combinación explosiva. Y no estamos pensando en “Buscando a Nemo” o “Winter, el delfín”, tan lindos y tiernos ellos. Más bien, pensamos en aquellas criaturas que nos hacen pasar momentos tensos, de verdadero miedo. Y si la situación viene acompañada por sangre, sustos y gritos de chicas lindas, pues mejor aún. Todo eso veremos en “Terror en lo profundo”, que se estrena mañana.
La fiebre por los animales acuáticos asesinos la trajo un joven desconocido con ganas de triunfar en Hollywood: Steven Spielberg. Corría el año 1975 y “Tiburón” llegó para comerse no solo a todos y cada uno de los protagonistas del filme, sino a la taquilla: esa cinta puede ser considerada como el primer ‘block-buster’ de la historia del cine.
El éxito de la cinta fue de tal magnitud que ni las secuelas ni las copias se hicieron esperar, como lo demuestra “Piraña” (1978), filme que mostraba cómo un grupo de estos peces atacaba sin piedad a unos adolescentes. Algo quedó claro con la película: la sangre y el agua se ven muy bien en el cine.
ATAQUE ANIMAL
Los años noventa trajeron un par de películas que revivieron un poco el miedo a meterse al agua: “El cocodrilo” y “Deep Blue Sea” (ambas de 1999) eran divertidas en su exageración: la primera con un cocodrilo gigante que se comía todo lo que le pusieran a su lado, y la otra con sus tiburones que se comían, como si de un bocadillo se tratara, en una escena antológica, a Samuel L. Jackson.
Y el año pasado, el festín de sangre se completó con “Piraña 3D”, que usaba la fuerza de la tercera dimensión para mostrarnos un carnaval de sangre, con cuerpos destruidos y chicas desnudas, que resultaba irresistible.
Esta combinación es la que usa “Terror en lo profundo”: un grupo de jóvenes se van a la casa de campo de uno de ellos, donde hay un lago privado en el que viven unos tiburones que prometen hacerles la vida imposible.
El director del filme es David R. Ellis, quien ya ha demostrado su gusto por el terror en “Destino final 2” y “Terror a bordo”.
Dicen que en el mar, la vida es más sabrosa. En el cine, puede ser más sangrienta. Después de este repaso, ¿alguien extraña a “Buscando a Nemo”?
NO SE PIERDA
Tiburón (1975)
La primera. La única. La que marcó una época. Y, quizá, la mejor película de Spielberg.
Piraña (1978)
Pura clase B, con sangre y chicas. Para divertirse con fuerza.
Deep blue sea (1999)
Lo mejor: Un tiburón se devora a Samuel L. Jackson. Imperdible.
Piraña 3d (2010)
La original pero con más desnudos y más sangre. Muy divertida.
0 comentarios:
Publicar un comentario